"La alternativa es demasiado aterradora. Siempre que estoy limpia y sin pantallas, aflora una angustia gigantesca. En esa horrible quietud, puedo escuchar un río ensordecedor de melancolía que ruge en la cueva roja y oscura de mi corazón."
SOBRE LA OBRA
Estamos en la época del miedo y la incertidumbre. Los más viejos del lugar se revuelven y nos intentan hacer ver que somos una generación frágil, llorona y que no somos capaces de asumir nuestras responsabilidades sin mostrarnos ningún tipo de empatía, por total capacidad de incomprensión, ante los cambios a los que asistimos.
Lo cierto es que jamás en la Historia ha habido una época más convulsa y condicionada por cambios tecnológicos, totalmente disruptivos, que a velocidad de vértigo van haciendo que los paradigmas vayan quedando obsoletos en ocasiones antes de impregnar siquiera a la sociedad.
En mi opinión, estamos en una época de transición entre las generaciones que no tenían ningún tipo de tecnología informática a su alcance y la que la sabrá utilizar poniendo al individuo en el centro de ella. Estamos viviendo la "prehistoria cibernética" en una sociedad que transita hacia la siguiente etapa.
En este entorno nos sitúa la escritora la batalla diaria que una mujer que trabaja en Silicon Valley y que debería ser una persona feliz y próspera, lo sería en su estatus de haber nacido en una generación anterior, se tiene que enfrentar simplemente a sobrevivir.
Un entorno laboral sometido a un estrés descomunal donde la práctica de las empresas contradice el modelo que transmiten y el tipo de sociedad que nos prometen los productos que venden.
He de advertir que Fruta Madura no es una obra de terror al uso pero sí es un retrato terrorífico de lo que es el sector actual de las empresas tecnológicas.
La obra destaca por su excelente narradora. Es un ejemplo perfecto de como la elección de la voz es fundamental para atraer la atención del lector. A mi particularmente me ha encantado e invito a su lectura a aquellos que no encuentran empatía cuando expresan el estrés que sufren en su día a día laboral y también a los que no son capaces de entender que el modelo de trabajo de máxima productividad, coaching y demás conceptos posmodernos que obvian que el trabajador es una persona acabará por colapsar.
Agradecer a los compañeros del Club de Lectura de Pesadillas Recurrentes los buenos ratos que hemos pasado comentando el libro.
¿Qué os parece? ¿Lo habéis leído?
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