"...Y sobre todo disfruta de estos años, porque, aunque ahora no lo sepas, son los mejores y pasan muy, muy deprisa, así que céntrate en ser un chico de doce años y no te preocupes por nada más, todo va a ir bien y este cambio nos llevará a algo mucho mejor. Confía en mi"
SOBRE LA OBRA
La nostalgia es esa amiga que nos nubla la vista y nos deforma la realidad. En ocasiones nos acompaña para bajarnos el ánimo y sumirnos en la morriña por aquello de que cualquier tiempo pasado fue mejor. La nostalgia tiene un poder que rara vez usamos y del que muy pocas veces nos aprovechamos: engrandecer los grandes momentos que vivimos en el pasado. Cuando somos capaces de usarla así tenemos un superpoder de los grandes, no como esa tontería de tener rayos X en la vista o ser capaz de volar, que no os engañen las películas de Marvel. Un superpoder que nos hace vivir con esa capacidad que sólo se tiene, hasta los 10-12 años, antes de que crucemos el umbral en el que la gran mayor parte de los que conocemos crecen y comienzan a hacerse mayores se vuelven gilipollas y reniegan de que los momentos que merecen la pena de verdad no valen dinero. Ese momento en el que abandonamos el mundo tal como lo conocemos y entramos en el materialismo puro olvidando emociones para buscar sensaciones.
Mantener esa capacidad de asombro ante la vida es lo que diferencia a los grandes genios de los mediocres. Pensad por un momento en cualquier gran artista y veréis que tiene esa cualidad. Son fieles a la esencia de como es uno mismo y no el sucedáneo que posteriormente construye sobre nosotros la sociedad.
Está claro que bajo esa visión y con esa actitud ante la vida ha escrito Paranoid Kids el bueno de Juan Bauty. Una pequeña gran novela muy divertida que cualquier lector con capacidad de volver a aquellos veranos que pasábamos en la calle hasta la madrugada disfrutará. Una historia de amistad en la que desde su MARAVILLOSA introducción deja claros los requisitos para hacerlas disfrutar.
La historia es muy sencilla, pero Juan demuestra, como hacen AC/DC con cuatro acordes, que a veces menos es más. No intenta inventar nada, no intenta desbordarte en prosa ni en imaginación pero tiene un manejo de los personajes a los que deja actuar de forma natural y con respeto que te enamorará. Eso junto a un uso de la nostalgia bien utilizada, no con ese carácter supremacista que la emplean sobre todo en producciones norteamericanas, hacen que esta historia de terror y amistad sea una delicia.
Una novela recomendable para pasar un buen rato para todos aquellos que aún somos capaces de ver el mundo con la ilusión de un niño pequeño o para los que quieran recuperarla. Dejaos de libros de autoayuda. Novelas como esta son pura autoayuda que en lugar de llenarte de consejos vacíos te llenará de buen rollo.
Por cierto, nostálgicos de R.L. Stine, sí sois el target, pero esto lo habéis visto ya en la excelente portada.
¿Qué os parece?¿Lo habéis leído?
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