"Las cosas no son lo que parece. Nunca confíes en las cosas."
SOBRE LA OBRA
No me gustan las sagas, así como concepto. Considero un engaño al lector el alargar de forma innecesaria una historia que ya está contada y donde no se hace más que dar vueltas a un ovillo una y otra vez.
Pero los conceptos y las ideas están para rebatirlas y para que se vengan abajo con excepciones y argumentos y este es el caso de la trilogía que tenemos entre manos. El escritor Edward Carey nos cambia totalmente el ovillo para no darle más vueltas a los mismo y nos presenta una ambientación que ya se barruntaba en el primer volumen iba a ser más interesante.
Porque sí, esta segunda entrega me ha resultado más entretenida que la primera ya que el autor parece que huye de lugares que sinceramente se me hicieron repetitivos y por momentos aburridos.
Si en la primera entrega estuvimos encerrados en la vieja mansión familiar, aquí salimos al mundo exterior y nos internamos en ese Londres victoriano que Edward Carey inventa para nosotros porque el real se le quedaba pequeño para mostrar lo que quería.
No quiero engañaros. Esta recomendación de lectura no se parece a las que suelen asomar por este espacio. No es una historia que os pondrá los vellos de punta pero sí que os trasladará a mundos de ambientación gótica de clara inspiración "timbartiana" con los que hemos disfrutado en más de una ocasión.
Y que más contaros, huyendo de posibles destripamientos indebidos, más que por mi parte estoy deseando de ver el broche que nos ofrece Edward Carey como cierre a la trilogía.
Si lo habéis leído, contadme vuestras pesadillas, si no lo habéis hecho ¿os atrevéis a adentraros en su lectura?
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